Por
Guisella Vargas Ochoa
CEO de Conectados
Global Media
Con ocasión del Mes del Amor es
importante hacer un alto y observar cómo nos estamos comunicando. Y entonces
nos daremos cuenta lo rápido que pasamos de la calma a la agresividad. ¿Por
qué? Porque vivimos en modo automático, dejando que nuestra inconsciencia
afecte no solo al Perú sino al mundo entero, con consecuencias fatales.
Esta inconsciencia se nota claramente
desde nuestra forma de comunicarnos, a través de nuestras palabras y acciones
automáticas, sin pensar en los impactos que causamos. Y por supuesto, la
violencia es una forma negativa de comunicarnos. Lo peligroso es que la
violencia crece año tras año en el país.
En efecto, la violencia familiar y sexual aumentó 40% en el último año, según
los centros de emergencia del Ministerio de la Mujer, donde se registraron
133,697 incidencias, un promedio de 366 por día y 15 por hora.
Lo peor es que el 56% de los agredidos fueron niños y adolescentes, que en el
19% de los casos fueron maltratados por sus propios padres o madres, sea de
manera física o psicológica. Hay que anotar que del total de afectados, el 85%
eran mujeres y 15% hombres.
A ello hay que sumarle que el 25% de adolescentes ya tiene intenciones suicidas
y en el 60% se debe a la relación (o no relación) con sus padres, según
estudios del Instituto Nacional de Medicina de Salud Mental (INSM). Agreguemos
a esto que cada año se registran un promedio de 14 mil divorcios en el Perú,
sin contar las separaciones de hecho que ocurren dentro y fuera de casa.
Estos son solo los casos que llegan a ser reportados en dependencias públicas,
pero hay muchos más que no se conocen porque muchos prefieren callar. Quizá hoy
nosotros estamos conviviendo o trabajando con personas con similares historias
o quizá nosotros seamos parte de ellas.
¿Qué podemos hacer para poner un alto a la agresividad y la violencia, para
pasar a la comunicación positiva que puede unir y transformar el odio en amor,
el rencor en perdón y el atraso en desarrollo, en nuestros hogares y centros de
trabajo?
Yo también anduve por muchos años
buscando la respuesta, hasta que un buen día me dije soy estratega de
comunicación, he participado con éxito en la prevención y en el manejo de
diversos conflictos sociales y crisis organizacionales y he motivado equipos,
entonces ahora me corresponde aplicar todo lo aprendido en la reconstrucción de
mi familia. Y así lo hicimos, con comunicación consciente, positiva, íntegra,
integradora y transformadora y en ese proceso estamos día a día.
Y es así que un buen día tomé la firme decisión de compartir con otras personas, familias y organizaciones mis aprendizajes de vida
como madre, periodista, comunicadora holística y estratega de comunicación.
En base a mis caídas profundas, errores y lecciones aprendidas más mis
prácticas de respiración y de meditación, técnicas de comunicación intrapersonal y
de comunicación estratégica, aquí comparto con ustedes 12 pasos que, desde el
fondo de mi alma, deseo que contribuyan con un granito de arena a ayudarlos a
mejor su comunicación en casa y en sus trabajos.
Debo aclarar que esta ruta no es
fácil, pero si lo asumimos con compromiso y disciplina diaria, iremos pasando
paulatinamente del modo automático de la inconsciencia al modo consciente y de
liderazgo de nuestra comunicación positiva y transformadora:
1.
Observemos y analicemos cómo nos estamos comunicando diariamente en
casa, en el trabajo y otros entornos.
2.
Reconozcamos que estamos conectados con los demás (padres, hijos,
hermanos, pareja, compañeros de trabajo, amigos) y asumamos con responsabilidad
los impactos que nuestra comunicación está causando en sus vidas.
3.
Al despertar y antes de dormir meditemos para desintoxicar nuestra mente
y desarrollar nuestra comunicación intrapersonal, escuchándonos, conectándonos
con nuestro ser y nuestra consciencia para identificar nuestras debilidades
asumiendo compromisos diarios de mejora.
4.
Recordemos que es preferible vivir en estado de comunicación consciente,
porque el modo automático nos quita el control de nuestras emociones,
pensamientos y acciones comunicacionales con el riesgo de conducirnos a serios
daños, crisis y conflictos con fatales consecuencias.
5.
Practiquemos diariamente la escucha consciente con atención sin
distraernos con nada.
6.
Desarrollemos la capacidad de la comunicación interpersonal consciente y
positiva, meditando en todo momento nuestras palabras y acciones, propiciando
confianza, reconciliación, unión, motivación y resultados felices para todos.
7.
Practiquemos diariamente la consistencia entre nuestras palabras y
acciones; así como valores como la integridad, respeto, amor, comprensión,
solidaridad, responsabilidad y paz. Y si creemos en Dios, oremos, pues la oración es poderosa.
8.
Lideremos nuestra vida comunicacional desde el modo humildad, porque el
modo ego toma el control y nos resta empatía, sin medir las
consecuencias.
9.
Si nos resulta difícil expresarnos, primero planifiquemos, ordenemos
nuestras ideas, escribamos, ensayemos y luego dialoguemos construyendo sobre el
presente, evitando volver al pasado negativo y afirmando acuerdos constructivos
en beneficio de todos.
10.
Promovamos diariamente, con el ejemplo, la comunicación consciente,
positiva, íntegra e integradora, generando una energía positiva tan potente que
permita una transformación trascendental personal, familiar, social y
organizacional capaz de conllevar al bienestar y a resultados felices para
todos.
11.
Construyamos relaciones sanas y duraderas, mejorando nuestra
comunicación diaria y aprendiendo de nuestros errores para no repetirlos más.
12.
Usemos conscientemente estás palabras: Gracias. Perdón. Te amo. Te
valoro. Te respeto. Bendiciones. Que así sea.