viernes, 21 de mayo de 2021

Todos podemos SANAR al PERÚ

 



Amado Perú:

¿Vale la pena que los peruanos nos estresemos y dividamos por dos candidatos enfrentados? No. ¿Es justo estresarse cada día por ellos debatiendo en las redes sociales o calladitos en casa? No.

Lo que nos corresponde como electores democráticos es informarnos y meditar calmadamente nuestra decisión, compartir o debatir ideas con afecto y respetar la elección de cada quien, respetando sus derechos.  

A todos nosotros, incluidos grupos políticos, autoridades del gobierno y del Estado, empresarios, trabajadores, amas de casa, estudiantes, civiles todos nos corresponde sanar, pacificar y unir al país. Inyectar más miedos estresa a la gente, incrementando el cortisol que debilita el sistema inmunológico dejando el cuerpo frágil ante los virus, bacterias y enfermedades. Eso no puede continuar ocurriendo en nuestro amado Perú, de ninguna manera. Hay que parar los miedos vengan de donde vengan y frenar el estrés que ya bastante se ha incrementado por causa de la Pandemia. Hoy nos toca a todos SANAR a nuestro amado PERÚ y eso implica SER y DAR AMOR.

Jamás nos dividamos ni nos contagiemos de las toxinas mentales y espirituales que emanan otros, ni tampoco generemos toxinas para desunir. Oremos juntos porque sanen de la maldad y se transformen al amor y que nadie de nosotros caiga en actos desleales ni de violencia o corrupción contra nuestra propia humanidad y naturaleza. 

Respiremos con calma y vayamos a las urnas con fe, paz y mucho amor por el Perú. Respetémonos unos a otros, cada quien votará según sus valores, principios, conocimientos, informaciones, creencias y experiencias. Ojalá todos lo hagamos conectados con nuestra Consciencia de Amor por el Universo.

El voto es secreto y cada cual sabrá si votará por alguien o viciado, es el derecho de libertad de decisión y todos sabemos que nuestras decisiones siempre tienen consecuencias. Intentar forzar a otros a elegir sin libertad es reprochable, como lo es también cualquier tipo de violencia venga de donde venga. 

Y cuando den el resultado por favor inhala profundamente el oxígeno divino y exhala. Respira varias veces para relajarte y calmarte. Si no te gusta el resultado apártate un momento de los demás, saca el dolor llorando, rezando, meditando, escribiendo o gritando, pero por ningún motivo te hagas daño a nadie con tus palabras o acciones.  

Mantengámonos vigilantes para que sea un proceso limpio y se cumplan las normas constitucionales y electorales y que quienes lleguen al poder sepan que pese a todo lo ocurrido en el pasado, tienen la gran oportunidad de decidir ser mejores personas cada día en el presente, siendo capaces de mantenerse lejos de cualquier atisbo de maldad, corrupción o violencia, apoyándose en los 32 millones de peruanos que queremos vivir irradiando y recibiendo PAZ, AMOR, RESPETO Y HONESTIDAD a favor del bienestar y el desarrollo sostenible de todas las familias del Perú sin diferencias. 

Recordemos que somos 32 millones de peruanos. Unidos lo podemos todo. No tengamos miedo. Nos corresponde poner el hombro para sacar adelante al Perú y estar vigilantes de que el nuevo gobierno haga las cosas bien.  Quien llegue a la Presidencia tendrá la obligación de respetar la DEMOCRACIA y los DERECHOS HUMANOS y su mayor deber será –junto con el Congreso, el Poder Judicial, la Policía, las Fuerzas Armadas y todo el Estado--  hacer todo lo posible para SANAR con AMOR al Perú de las crisis sanitaria, económica, social, ambiental, política y de valores.

Desde el más pequeño hasta el más grande, a TODOS nos toca apoyar en esta tarea, trabajando, estudiando, ayudando con todos nuestros talentos para que el Perú sane y salga adelante. Desde el rincón en el que nos encontremos estamos obligados a DAR toda nuestra energía de AMOR para lograr el bienestar físico, mental y espiritual de cada peruano y así impulsar el desarrollo sostenible del país con total respeto a la naturaleza y con la gracia divina del Padre y la Madre del Universo del Amor Infinito.

Un país estresado, enfermo, desunido, miedoso o violento no progresa. En cambio, un país equilibrado, sano, unido, optimista, pacífico y resiliente sí puede avanzar y desarrollarse. Por eso es importante, que los peruanos no nos dejemos ni asustar ni dividir. Para SANAR al PERÚ primero comencemos por sanar nuestras propias almas. 

Meditemos y respiremos TODOS con calma para conectar con nuestra CONSCIENCIA DE AMOR y tener pensamientos, palabras y acciones de amor a través de todas nuestras decisiones y así prevenir y neutralizar actitudes de confrontación, porque el odio, el miedo y la violencia solo llevan a más violencia, enfermedad, división, fracaso, retraso, muerte y pobreza, sobre todo de los más vulnerables. Eso no queremos para el Perú y el mundo, TODOS deseamos PAZ, AMOR, BIENESTAR y DESARROLLO SOSTENIBLE. 

Hagamos todo lo que podamos para lograr la PAZ y el AMOR en nosotros mismos e irradiarlo en nuestros hogares, en todo el Perú y el Universo Infinito. Será necesario ARREPENTIMIENTO, PERDÓN MUTUO, COMPASIÓN, REPARACIÓN y RECONCILIACIÓN. Es tiempo de soltar miedos, resentimientos, rencores para vivir en ARMONÍA para poder caminar por la vía del desarrollo sostenible con AMOR.

Es momento de desear lo mejor para el Perú, imaginar lo mejor y ocurrirá. Que se haga el inmenso MILAGRO de lograr forjar un PERÚ CONSCIENTE sin pobreza ni corrupción, ni narcotráfico, ni abusos, ni terrorismo político ni de Estado, ni violencia, ni lavados de activos. Que se haga el MILAGRO  de que todos vivamos dando AMOR porque el amor nos sana, une y transforma el presente en paz, bienestar, prosperidad, equilibrio, equidad, solidaridad y felicidad. Y sobre todo con el PODER del AMOR transformaremos el futuro en ETERNIDAD de paz, amor y felicidad para las almas que vendrán, nuestros descendientes. Que así sea.

Guisella Vargas Ochoa

Directora de Conectados Global Media

www.conectadosglobalmedia.pe

 


   


jueves, 14 de febrero de 2019

PERÚ: Alto a la violencia con comunicación positiva y transformadora

Por Guisella Vargas Ochoa
CEO de Conectados Global Media

Con ocasión del Mes del Amor es importante hacer un alto y observar cómo nos estamos comunicando. Y entonces nos daremos cuenta lo rápido que pasamos de la calma a la agresividad. ¿Por qué? Porque vivimos en modo automático, dejando que nuestra inconsciencia afecte no solo al Perú sino al mundo entero, con consecuencias fatales.

Esta inconsciencia se nota claramente desde nuestra forma de comunicarnos, a través de nuestras palabras y acciones automáticas, sin pensar en los impactos que causamos. Y por supuesto, la violencia es una forma negativa de comunicarnos. Lo peligroso es que la violencia crece año tras año en el país.

En efecto, la violencia familiar y sexual aumentó 40% en el último año, según los centros de emergencia del Ministerio de la Mujer, donde se registraron 133,697 incidencias, un promedio de 366 por día y 15 por hora.

Lo peor es que el 56% de los agredidos fueron niños y adolescentes, que en el 19% de los casos fueron maltratados por sus propios padres o madres, sea de manera física o psicológica. Hay que anotar que del total de afectados, el 85% eran mujeres y 15% hombres.


A ello hay que sumarle que el 25% de adolescentes ya tiene intenciones suicidas y en el 60% se debe a la relación (o no relación) con sus padres, según estudios del Instituto Nacional de Medicina de Salud Mental (INSM). Agreguemos a esto que cada año se registran un promedio de 14 mil divorcios en el Perú, sin contar las separaciones de hecho que ocurren dentro y fuera de casa.

Estos son solo los casos que llegan a ser reportados en dependencias públicas, pero hay muchos más que no se conocen porque muchos prefieren callar. Quizá hoy nosotros estamos conviviendo o trabajando con personas con similares historias o quizá nosotros seamos parte de ellas.

¿Qué podemos hacer para poner un alto a la agresividad y la violencia, para pasar a la comunicación positiva que puede unir y transformar el odio en amor, el rencor en perdón y el atraso en desarrollo, en nuestros hogares y centros de trabajo?  

Yo también anduve por muchos años buscando la respuesta, hasta que un buen día me dije soy estratega de comunicación, he participado con éxito en la prevención y en el manejo de diversos conflictos sociales y crisis organizacionales y he motivado equipos, entonces ahora me corresponde aplicar todo lo aprendido en la reconstrucción de mi familia. Y así lo hicimos, con comunicación consciente, positiva, íntegra, integradora y transformadora y en ese proceso estamos día a día. 

Y es así que un buen día tomé la firme decisión de compartir con otras personas, familias y organizaciones mis aprendizajes de vida como madre, periodista, comunicadora holística y estratega de comunicación.  

En base a mis caídas profundas, errores y lecciones aprendidas más mis prácticas de respiración y de meditación, técnicas de comunicación intrapersonal y de comunicación estratégica, aquí comparto con ustedes 12 pasos que, desde el fondo de mi alma, deseo que contribuyan con un granito de arena a ayudarlos a mejor su comunicación en casa y en sus trabajos.

Debo aclarar que esta ruta no es fácil, pero si lo asumimos con compromiso y disciplina diaria, iremos pasando paulatinamente del modo automático de la inconsciencia al modo consciente y de liderazgo de nuestra comunicación positiva y transformadora:

1.            Observemos y analicemos cómo nos estamos comunicando diariamente en casa, en el trabajo y otros entornos.
2.            Reconozcamos que estamos conectados con los demás (padres, hijos, hermanos, pareja, compañeros de trabajo, amigos) y asumamos con responsabilidad los impactos que nuestra comunicación está causando en sus  vidas.
3.            Al despertar y antes de dormir meditemos para desintoxicar nuestra mente y desarrollar nuestra comunicación intrapersonal, escuchándonos, conectándonos con nuestro ser y nuestra consciencia para identificar nuestras debilidades asumiendo compromisos diarios de mejora.
4.            Recordemos que es preferible vivir en estado de comunicación consciente, porque el modo automático nos quita el control de nuestras emociones, pensamientos y acciones comunicacionales con el riesgo de conducirnos a serios daños, crisis y conflictos con fatales consecuencias.
5.            Practiquemos diariamente la escucha consciente con atención sin distraernos con nada.
6.            Desarrollemos la capacidad de la comunicación interpersonal consciente y positiva, meditando en todo momento nuestras palabras y acciones, propiciando confianza, reconciliación, unión, motivación y resultados felices para todos.
7.            Practiquemos diariamente la consistencia entre nuestras palabras y acciones; así como valores como la integridad, respeto, amor, comprensión, solidaridad, responsabilidad y paz. Y si creemos en Dios, oremos, pues la oración es poderosa.
8.            Lideremos nuestra vida comunicacional desde el modo humildad, porque el modo ego toma el control y nos resta empatía, sin medir las consecuencias.  
9.            Si nos resulta difícil expresarnos, primero planifiquemos, ordenemos nuestras ideas, escribamos, ensayemos y luego dialoguemos construyendo sobre el presente, evitando volver al pasado negativo y afirmando acuerdos constructivos en beneficio de todos.
10.          Promovamos diariamente, con el ejemplo, la comunicación consciente, positiva, íntegra e integradora, generando una energía positiva tan potente que permita una transformación trascendental personal, familiar, social y organizacional capaz de conllevar al bienestar y a resultados felices para todos.
11.          Construyamos relaciones sanas y duraderas, mejorando nuestra comunicación diaria y aprendiendo de nuestros errores para no repetirlos más.
12.          Usemos conscientemente estás palabras: Gracias. Perdón. Te amo. Te valoro. Te respeto. Bendiciones. Que así sea.

Por Guisella Vargas Ochoa
CEO de Conectados Global Media



viernes, 28 de diciembre de 2018

¿Año Nuevo para qué?

Por Guisella Vargas Ochoa



Sí ya sé que han pasado cuatro días y que a estas alturas ya el 80% de los peruanos habremos compartido abrazos, sonrisas y regalos de Navidad y sobre todo habremos comido muy rico y gastado parte de nuestro dinero con el objetivo de hacer felices a los otros con algo material. Y de hecho el otro 20% de peruanos, conformado por las personas en situación de pobreza, seguramente no la pasó tan bien. Y peor aún los que sobreviven en extrema pobreza con tan solo 3 soles al día. Sin embargo, presiento que ellos saben mejor que nosotros el verdadero significado de la Navidad: Dar amor, paz, humildad, perdón, felicidad.

Sé que hablar de pobreza puede resultar incómodo tras un fin de semana largo lleno de relax pero hoy fue el Día de Los Inocentes y no pude resistir más la tentación de reflexionar sobre los 6 millones de peruanos pobres que resultan ser los más indefensos e inocentes en medio de una guerra publicitaria que promueve el hiperconsumismo por todas partes y, en gran parte, alentada por instituciones financieras que otorgan tarjetas de crédito sin siquiera evaluar bien a sus también inocentes clientes –muchos de ellos jóvenes o desempleados-- que en pocos días podrían terminar terriblemente endeudados y al borde del suicidio cuando vean que no podrán pagar sus cuentas.

Seguramente más de un defensor del libre mercado me dirá, pero mujer de qué inocentes hablas si finalmente quien acepta una tarjeta pudo decir NO GRACIAS. Yo también creo en el libre mercado pero POR FAVOR recordemos qué pasó en la gran crisis del 2008 cuando explotó la “burbuja financiera” provocada por una retahíla de entidades internacionales que daban créditos hipotecarios a cualquier hijo de vecino sin previo análisis adecuado y encima los supervisores del sistema financiero se hicieron los locos y los calificadores de riesgos “muy reputados” les daban la mejor calificación (triple A) avalando esas decisiones de los bancos y otros.

SÍ TENEMOS CAPACIDAD PARA DECIR NO. Pero no todos están preparados emocionalmente o incluso psicológicamente para saber decir NO. Allí tenemos a los desempleados, a los deprimidos, a los que pasan por momentos difíciles y a nuestros niños. Ellos no están preparados para saber discernir entre lo que realmente necesitan y lo que la publicidad les hace creer que necesitan. La publicidad está ahí junto a ti en tu celular, en el Whatsapp, en las redes sociales. Yo incluso usé el Whatsapp para ayudar a unos amigos a vender su café.

Pero para mí el café orgánico y otros alimentos eco sí son necesarios para la salud. Pero para qué necesitamos acumular más cosas, que incluso nos hacen daño y que luego serán basura que dañará al planeta, como las cañitas y otros descartables. Sé que la industria y el comercio da empleo a mucha gente, pero qué tal si hacemos empresas y negocios más sostenibles o las transformamos para que sean más ecológicas o brinden servicios que se requieren y menos cosas. Entiendo que tomará años pero necesitamos empezar ya. 

A pocos días del nuevo año 2019, tenemos la gran oportunidad de ver a nuestro alrededor e identificar qué hay en casa que no tocamos ni usamos hace años y tomar la madura decisión de decirle adiós. Podemos donar esas cosas a quien sí lo necesita. Esas cosas están ocupando un lugar que nos quita energía y hace más pesado el hogar. Intenta desocupar al máximo la sala de tu casa y te darás cuenta de que te querrás quedar más tiempo allí en lugar de irte a una cafetería a charlar.

No soy ni comunista ni izquierdista ni neoliberal ni tengo ninguna etiqueta o partido. Soy una mujer libre pensadora que está aprendiendo que soltar cosas y consumir menos mejora la energía en mi vida y en mi hogar. Y de hecho si quiero que mis hijos postmilenias sepan discernir y valorar y no sean manipulados por la publicidad, que se inserta incluso en los dibujos animados, pues debo dar el ejemplo como una buena mamá minimalista.

Se imaginan cómo están esos niños que consumen harta televisión y redes sociales y peor aquellos que ya tienen celular con Internet en sus manos. Esos niños son receptores de ondas electromagnéticas que podrían afectar su salud y de miles de videos cargados de mensajes publicitarios.  ¿Qué tal si contamos cuántas veces nos dicen “te quiero mamá o papá” y cuántas veces nos dicen “quiero tal cosa”? Hagan la prueba durante una semana.

¿Se han fijado cuánto tiempo pasan viendo tele con su hijos o cuántas veces revisan sus celulares con ellos y cuánto tiempo pasan jugando al aire libre, respirando oxígeno, comunicándose, mirándose a los ojos y riendo? Definitivamente salir al parque es mucho más enriquecedor que ir a “pasear” al centro comercial más cercano o tener una maratón de audiovisuales o videojuegos el día entero en casa.  

¿En Navidad realmente veneramos al niño Jesús y nos comprometimos a practicar su mensaje de amor y de valores. O veneramos al consumismo y las cosas bajo el árbol? ¿Y en el 2019 nos pelearemos con la pareja por no tener lo que “necesitamos”, cuando lo que realmente importa es el amor y la familia?
Me falta mucho camino por recorrer y disminuir aún más los apegos que tengo con determinadas cosas pero aquí voy de nuevo y para el año 2019 me desafío a mí misma a vivir con menos cosas y espero realmente que mi querido Perú vaya por el mismo camino, especialmente millones de niños inocentes.

Y, por el contrario, deseo que trabajemos juntos para lograr que ese 20% de pobres cambie a un 0% lo más pronto posible. Ellos ya saben vivir con lo mínimo indispensable, son nuestro ejemplo, pero les falta alimentos, ropa, servicios de agua potable y energía eléctrica y TODA nuestra solidaridad. Por eso le pido a los corruptos que dejen de serlo y si no pueden pues mejor que se vayan del Estado y dejen a los funcionarios y autoridades honestas trabajar y usar bien nuestros impuestos para erradicar definitivamente la pobreza en el país y entonces podamos decir: ¡FELIZ AÑO NUEVO PERÚ! 

jueves, 6 de diciembre de 2018

  Indignación y Acción
    Por Guisella Vargas Ochoa
Quiero estar feliz pero hoy no puedo. Estoy indignada porque hay hombres hostigando a mujeres y el sistema los ampara. Ejemplo: la mayoría de parlamentarios blindando a Mamani. ¿La única forma de evitar a los hostigadores es alejándonos de ellos aunque esto implique sacrificar nuestros propios logros? ¿Cómo denunciar a esta tira de hostigadores que se creen todopoderosos? ¿Cómo denunciarlos si quien escuchará nuestra denuncia es otro hombre que no hará nada o una autoridad o juez corrupto que archivará todo "por falta de pruebas" u otra mujer que callará para no perder su trabajo? Sé que tarde o temprano el castigo llega pero lo justo sería que sea de inmediato para evitar más víctimas. Quien ha sido hostigada se siente ultrajada y teme hablar. Las que logran denunciar nos permiten reflexionar sobre la urgente necesidad de cambiar este sistema que se pudre y nos daña. El altísimo porcentaje de feminicidios es prueba clara de que el sistema está sacando lo peor de la humanidad. Y lo peor es que mujeres que ya tienen algún poder se coluden con los hostigadores y los tapan e incluso se comportan como ellos o quizá simplemente les temen. ¡Basta ya! Formemos seres más humanos,  capaces de amar con respeto a las mujeres y viceversa. Formemos un movimiento social de mujeres para mujeres. Unidas seremos más fuertes. Mejoremos leyes y hagamos que se cumplan. Actuemos para que más mujeres lleguen a los puestos claves y logremos un equilibrio social. Ah y cuando esto ocurra no olvidemos a nuestras congéneres ni las hostiguemos. Conservemos nuestra femineidad, seamos solidarias y defendamos y respetemos los derechos humanos de todos. Unidas podemos más. Por justicia ya es hora de actuar. #Conectadosporlaintegridad